Esta es una pequeña historia hecha en formato biblico-mitológica, que cuenta poéticamente como sucedio la formación de la compañia.
Texto escrito por: Ps. Gimena Torterolo y la Ps. Carolina Rodriguez
En el papel de Los Profetas:
Isaac (Paul Haberkor)
Jesús (Antuan Garcia)
Corría el año 98 AC (antes de la compañía) cuando Jesús e Isaac amigos y cómplices, planeaban algo que sorprendería a la humanidad.
Siete años después, con la calma y seguridad necesaria se dirigieron a grandes multitudes y, dijeron a ellos “si alguno quiere venir a nosotros y no deja a un lado; la siesta sabatina, las sufridas resacas, los fines de semana afuera, los almuerzos familiares, las compras en la feria; no puede ser nuestro discípulo”.
Después de un corto silencio agregaron “El que no carga con su cruz, con la nuestra, con el nombre, con los olores, con el malhumor propio y del prójimo; el que no sepa incorporar el cansancio, no sepa sostener, y que no pueda suspender la posibilidad de la palabra para seguirnos, no puede ser nuestro discípulo”
Y así, algunos curiosos a pesar de todo comenzaron a seguirlos, un poco por la sensación de que allí había algo para ellos.
Isaac y Jesús sabían además que en el Reino de la espontaneidad había lugar para quién quisiera estar...
Cuando pasaron por un poblado; una dama que lavaba la ropa se sintió llamada por el mensaje. Enseguida procuró una pluma y un papel, y dirigióles la siguiente misiva;
“Sr Haberkorn: Por la presente quiero manifestarle mi interés en la propuesta de teatro que usted conjuntamente con su colega expusieron en Facultad de Psicología, como estudiante de dicha bendita casa de estudios esto despertó mucha curiosidad e interés por retomar la escena, así que cualquier información que usted o su colega pudieran brindarme sería muy útil.
Desde ya le estoy muy agradecida, y lo veré el sábado a las 10:00am.
Saluda Atte.Fiorella Ochizzo”
Empezamos bien dijeron los profetas, esta botija tiene modales. Con su mayor consideración la invitaron a caminar.
Pocos kilómetros adelante, en mitad de un camino árido y empedrado se cruzaron con una fiel que los estaba esperando. Ella no podía no estar. Solo se acercó a Jesús y le dijo al oído casi susurrando: soy Fernanda Frugoni, me interesa la propuesta, espero estés bien Le iba a decir que le mandaba un beso y que le contara más sobre esta invitación inusual, pero decidió entregarse a la búsqueda y descubrirlo poco a poco.
E Isaac y Jesús le dijeron: la espontaneidad sea contigo
Y así, se concentraban miles de feligreses... algunos los esperaban en las sendas de sus pueblos solo para verlos pasar, otros caminaban junto a ellos y decidían volver, otros se asustaban y otros seguían.
Tras muchos kilómetros recorridos decidieron quedarse a pasar la noche en el pueblo mas cercano. Coincidentemente un circo había elegido esa ciudad para desplegar su espectáculo. Los lugareños se aglomeraban en la plaza central y el circo se mostraba. Pese al cansancio, el grupo de peregrinos no pudo escapar a la curiosidad.
Cuando se acercaron a ver, había un mago que en vez de sacar conejos de una galera sacaba imágenes extrañas. En vez de pronunciar palabras mágicas daba pequeños y molestos tironeos en el cabello de su aprendiz stellita-maguita quien a pesar de los insoportables tirones en sus largos rizos no paraba de reír.
Y así, el público cual si estuviera frente a una pantalla podía ver: zapatos colgados que chorreaban sangre y los niños, ah....si los niños corren por los pasillos y dan gritos que sudan tristeza. La tristeza que los niños lloran, que los niños sufren, que los niños sienten...
Una sabia ancianita, reclamó su propio número en el circo, porque a ella no le gustaba ser extra. Con la excusa de la bola de cristal, las cartas de crowlie y las flores de bach, los pueblerinos se acercaban a ella solo para escucharla transmitir con sabiduría y generosidad una enseñanza... la justa para cada persona.
Y ahí también había una niña cuerpo de gacela que volaba por los aires y hacía piruetas y danzaba...el público era cautivado por la niña de las sierras porque sin producir sonido alguno su cuerpo lo decía todo.
A la madrugada siguiente el mago, la aprendiza, la sabia y la niña de las sierras se encontraban caminando junto al resto de los peregrinos.
E Isaac y Jesús dijeron: la espontaneidad sea con vosotros
Esa mañana caminaron todos sin cansancio, un poco por haber dormido algunas horas, un poco por los nuevos fieles que no hacían mas que mostrar sus habilidades circenses. Hasta que de repente se toparon con una joven que venía en sentido contrario arrastrando una bola de preso enganchada en el pie. Los profetas trataron de liberarla, mas no pudieron. Aprovecharon la presencia del mago y su aprendiza y la sabia veterana, y después de deliberar unos minutos le dijeron que podía ser liberada si caminaba junto a ellos y además tenía la constancia de pedir indulgencia para todos los pecadores de la humanidad. Lo dudó porque la bola tenía su encanto, pero finalmente aceptó porque temían que la llamaran boluda.
E Isaac y Jesús le dijeron: estás perdonada y que la espontaneidad sea contigo.
Es justo decir que el éxito de la peregrinación se debió a que los profetas delegaron una pequeña damisela, la logística del viaje. Ella calculaba los kilómetros que debían recorrer por día para soportar la fatiga, la cantidad de agua y de comida necesaria, entre otras muchas cosas. Cualquier mal hablado machista podría decir que detrás de un gran hombre hay una gran mujer. Pero no era así. En este caso detrás de dos grandes hombres había una gran mujer Ella soportaba este tipo de labor porque era conciente de la injusticia por las que debía pasar una mujer para acceder a los cargos de poder. No importaba...un día sería ella la que evangelizaría a los pueblos haciendo peregrinaciones reivindicativas por ejemplo contra la impunidad de los obreros de la construcción, malditos cochinos. Legalizaría la celulitis. Elaboraría la carta de los derechos humanos de la mujer cuyo primer artículo verse sobre la obligatoriedad de tener un lavavajillas en casa. Pobrecita...pequeña ilusa...mientras tanto seguía organizando.
Lo mas curioso fue cuando se encontraron con una tienda al costado del camino. La pequeña damisela se adelantó y fue a hablar con el propietario para poder conseguir descuento por grupo y así poder descansar. Para su sorpresa salió a su encuentro una anciana que decía palabras a medias lenguas y arrastraba una valija de un lado a otro. Atrás se asomaba una cabellera rubia, parecía ser mas joven, pobre...no paraba de embalar objetos. Al ver tanta gente salió a su encuentro, y les preguntó si podían acompañarlos ya que ellas también se iban...aunque todavía no sabían a donde. Los profetas le contestaron que ella sí podía ir pero que la anciana debía permanecer. La joven de cabellera rubia no paraba de insistir aludiendo que su anciana madre tenía mas experiencia que todos los feligreses juntos en las cuestiones que hacían a la vida nómada. En sus tiempos libres la anciana metía en una valija la heladera, la cocina, un par de recuerdos y se mandaba a mudar. Los profetas entendieron la situación pero solo dejaban aparecer a la madre...en historias.
Y le dijeron: que la espontaneidad sea contigo, y con tu madre una casa rodante.
Había una fiel que tenía poderes y podía pernoctar noches enteras en una nube. Desde allá arriba les tiraba a sus compañeros de ruta un papelito que decía: no puedo dejar de pensar cosas que no logro bajar a tierra, rondan por mi cabeza la magia, duendes, ecos, resonancias. Su nombre explicaba su pasión por las alturas, Isabel: la que ama a Dios.
Había una que se creía graciosa. Decía que el Señor la había tocado.... con el don de la gracia. Al ver que sus compañeros hacían caso omiso a esto, su seño se empezó a fruncir, ni el botox la salvaba. A veces la confundían con una terrorista, a veces la invitaban a pensar, a veces ella decía cosas como ésta: “En esta oportunidad no amenazaré de muerte, sucede que hay posibilidades que no vaya o que llegue tarde... entonces no podré retorcerle el pescuezo a nadie”... y a veces decía otras cosas.
Una noche pintó fogón y un joven desenvainó la guitarra y compuso una canción para el grupo de peregrinos. Todos lo aplaudían extasiados, lo nombraron el encargado de todos los coros, cánticos y villancicos que hubiera. Pero él no quería. Hasta que guardó la guitarra y desde ese día solo saca el instrumento en ocasiones especiales.
Para aprovechar el clima otorgado por el fuego y las estrellas, a Jesús se le ocurrió contar un relato con enseñanza, por aquello de la importancia de ser grupo. Los feligreses comenzaron a bostezar y Jesús comenzó a contar.
Dijo a ellos “si uno de ustedes pierde una oveja de las cien que tiene, ¿no deja las otras noventa y nueve en el campo para ir en busca de la perdida hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, muy feliz, la pone sobre los hombros, y al llegar a su casa, reúne amigos y vecinos y les dice: ‘Alégrense conmigo, porque encontré la oveja que se me había perdido”
E Isaac-que era el único despierto hasta entonces- le contestó: ¿Dónde estaba Ivo querido amigo?
A la mañana siguiente levantaron campamento, caminaron unas pocas millas y comenzaron a divisar el tabernáculo –el lugar que tanto buscaban para poder encontrarse de ahora en mas- todos se sentían contentos porque al fin el sábado había llegado.
La marcha se hacía cada vez mas acelerada, hasta que una voz que se sentía a lo lejos los hizo detenerse. Miraron, y una figura que parecía pequeña se acercaba cada vez más hasta que casi con el corazón en la boca logró el encuentro. Cuando hubo recuperado el aliento pronunció estas palabras: les pido disculpa por no haberme unido antes, pero la gripe que tenía (y tengo), me lo impidió estaba realmente impresentable, espero poder estar, siempre y cuando ustedes me lo permitan claro... Quiero decirles que su propuesta me interesa mucho y la verdad no quisiera perderme la oportunidad de estar.
Por supuesto nadie le creyó ni una sola palabra. Eso hacía creer que no era buen actor, pero ni modo el pobre había corrido tanto... además era Ángel... y dejarlo afuera le podía traer serios problemas institucionales a los profetas.
Entonces le dijeron: la espontaneidad te acompañe al menos pa dar excusas
Al fin llegaron al tabernáculo que sería testigo mudo de lo que allí sucediera.
A la noche... después de beber un largo sorbo de vino reflexionó Isaac: Se presentifican en ese instante, años de vida, muchas búsquedas, escenas, ensayos, escenarios, ropas negras, personajes, alegrías, tristezas, broncas, amores, viajes... gente claro
Jesús le contestó: Gracias por tus palabras, que son muy reconfortantes, resueno profundamente contigo y estoy muy feliz de que estemos emprendiendo esto juntos. Como vos decís, todas nuestras vidas y recorridos se condensaron el Sábado a la mañana, todo eso fue necesario, y sobrevivimos.
Cuando los fieles yacían sobre el pasto exhaustos pero felices por la sensación de haber sido protagonistas de un sueño de otros, pero que ya era propio... los dos profetas se apartaron y se confesaron.
Jesús fue el primero: En un momento estaba mirando al grupo en el trabajo de las manos y por la ventana empañada vi en la planta baja otra gente... que fumaba, conversaba, tomaba café y todo eso… estando allí, en el pequeño salón, con la música, viendo este grupo tan comprometido… tuve esa profunda sensación de estar donde quería estar.
Isaac multiplicó:
No se nace sin morir No se pare sin dolorUn grupo, una troupe, una banda.
Y así con cara lavada y una sonrisa fresca se dejaron vencer por el cansancio y se sumergieron en otros sueños.
Texto escrito por: Ps. Gimena Torterolo y la Ps. Carolina Rodriguez
En el papel de Los Profetas:
Isaac (Paul Haberkor)
Jesús (Antuan Garcia)
Corría el año 98 AC (antes de la compañía) cuando Jesús e Isaac amigos y cómplices, planeaban algo que sorprendería a la humanidad.
Siete años después, con la calma y seguridad necesaria se dirigieron a grandes multitudes y, dijeron a ellos “si alguno quiere venir a nosotros y no deja a un lado; la siesta sabatina, las sufridas resacas, los fines de semana afuera, los almuerzos familiares, las compras en la feria; no puede ser nuestro discípulo”.
Después de un corto silencio agregaron “El que no carga con su cruz, con la nuestra, con el nombre, con los olores, con el malhumor propio y del prójimo; el que no sepa incorporar el cansancio, no sepa sostener, y que no pueda suspender la posibilidad de la palabra para seguirnos, no puede ser nuestro discípulo”
Y así, algunos curiosos a pesar de todo comenzaron a seguirlos, un poco por la sensación de que allí había algo para ellos.
Isaac y Jesús sabían además que en el Reino de la espontaneidad había lugar para quién quisiera estar...
Cuando pasaron por un poblado; una dama que lavaba la ropa se sintió llamada por el mensaje. Enseguida procuró una pluma y un papel, y dirigióles la siguiente misiva;
“Sr Haberkorn: Por la presente quiero manifestarle mi interés en la propuesta de teatro que usted conjuntamente con su colega expusieron en Facultad de Psicología, como estudiante de dicha bendita casa de estudios esto despertó mucha curiosidad e interés por retomar la escena, así que cualquier información que usted o su colega pudieran brindarme sería muy útil.
Desde ya le estoy muy agradecida, y lo veré el sábado a las 10:00am.
Saluda Atte.Fiorella Ochizzo”
Empezamos bien dijeron los profetas, esta botija tiene modales. Con su mayor consideración la invitaron a caminar.
Pocos kilómetros adelante, en mitad de un camino árido y empedrado se cruzaron con una fiel que los estaba esperando. Ella no podía no estar. Solo se acercó a Jesús y le dijo al oído casi susurrando: soy Fernanda Frugoni, me interesa la propuesta, espero estés bien Le iba a decir que le mandaba un beso y que le contara más sobre esta invitación inusual, pero decidió entregarse a la búsqueda y descubrirlo poco a poco.
E Isaac y Jesús le dijeron: la espontaneidad sea contigo
Y así, se concentraban miles de feligreses... algunos los esperaban en las sendas de sus pueblos solo para verlos pasar, otros caminaban junto a ellos y decidían volver, otros se asustaban y otros seguían.
Tras muchos kilómetros recorridos decidieron quedarse a pasar la noche en el pueblo mas cercano. Coincidentemente un circo había elegido esa ciudad para desplegar su espectáculo. Los lugareños se aglomeraban en la plaza central y el circo se mostraba. Pese al cansancio, el grupo de peregrinos no pudo escapar a la curiosidad.
Cuando se acercaron a ver, había un mago que en vez de sacar conejos de una galera sacaba imágenes extrañas. En vez de pronunciar palabras mágicas daba pequeños y molestos tironeos en el cabello de su aprendiz stellita-maguita quien a pesar de los insoportables tirones en sus largos rizos no paraba de reír.
Y así, el público cual si estuviera frente a una pantalla podía ver: zapatos colgados que chorreaban sangre y los niños, ah....si los niños corren por los pasillos y dan gritos que sudan tristeza. La tristeza que los niños lloran, que los niños sufren, que los niños sienten...
Una sabia ancianita, reclamó su propio número en el circo, porque a ella no le gustaba ser extra. Con la excusa de la bola de cristal, las cartas de crowlie y las flores de bach, los pueblerinos se acercaban a ella solo para escucharla transmitir con sabiduría y generosidad una enseñanza... la justa para cada persona.
Y ahí también había una niña cuerpo de gacela que volaba por los aires y hacía piruetas y danzaba...el público era cautivado por la niña de las sierras porque sin producir sonido alguno su cuerpo lo decía todo.
A la madrugada siguiente el mago, la aprendiza, la sabia y la niña de las sierras se encontraban caminando junto al resto de los peregrinos.
E Isaac y Jesús dijeron: la espontaneidad sea con vosotros
Esa mañana caminaron todos sin cansancio, un poco por haber dormido algunas horas, un poco por los nuevos fieles que no hacían mas que mostrar sus habilidades circenses. Hasta que de repente se toparon con una joven que venía en sentido contrario arrastrando una bola de preso enganchada en el pie. Los profetas trataron de liberarla, mas no pudieron. Aprovecharon la presencia del mago y su aprendiza y la sabia veterana, y después de deliberar unos minutos le dijeron que podía ser liberada si caminaba junto a ellos y además tenía la constancia de pedir indulgencia para todos los pecadores de la humanidad. Lo dudó porque la bola tenía su encanto, pero finalmente aceptó porque temían que la llamaran boluda.
E Isaac y Jesús le dijeron: estás perdonada y que la espontaneidad sea contigo.
Es justo decir que el éxito de la peregrinación se debió a que los profetas delegaron una pequeña damisela, la logística del viaje. Ella calculaba los kilómetros que debían recorrer por día para soportar la fatiga, la cantidad de agua y de comida necesaria, entre otras muchas cosas. Cualquier mal hablado machista podría decir que detrás de un gran hombre hay una gran mujer. Pero no era así. En este caso detrás de dos grandes hombres había una gran mujer Ella soportaba este tipo de labor porque era conciente de la injusticia por las que debía pasar una mujer para acceder a los cargos de poder. No importaba...un día sería ella la que evangelizaría a los pueblos haciendo peregrinaciones reivindicativas por ejemplo contra la impunidad de los obreros de la construcción, malditos cochinos. Legalizaría la celulitis. Elaboraría la carta de los derechos humanos de la mujer cuyo primer artículo verse sobre la obligatoriedad de tener un lavavajillas en casa. Pobrecita...pequeña ilusa...mientras tanto seguía organizando.
Lo mas curioso fue cuando se encontraron con una tienda al costado del camino. La pequeña damisela se adelantó y fue a hablar con el propietario para poder conseguir descuento por grupo y así poder descansar. Para su sorpresa salió a su encuentro una anciana que decía palabras a medias lenguas y arrastraba una valija de un lado a otro. Atrás se asomaba una cabellera rubia, parecía ser mas joven, pobre...no paraba de embalar objetos. Al ver tanta gente salió a su encuentro, y les preguntó si podían acompañarlos ya que ellas también se iban...aunque todavía no sabían a donde. Los profetas le contestaron que ella sí podía ir pero que la anciana debía permanecer. La joven de cabellera rubia no paraba de insistir aludiendo que su anciana madre tenía mas experiencia que todos los feligreses juntos en las cuestiones que hacían a la vida nómada. En sus tiempos libres la anciana metía en una valija la heladera, la cocina, un par de recuerdos y se mandaba a mudar. Los profetas entendieron la situación pero solo dejaban aparecer a la madre...en historias.
Y le dijeron: que la espontaneidad sea contigo, y con tu madre una casa rodante.
Había una fiel que tenía poderes y podía pernoctar noches enteras en una nube. Desde allá arriba les tiraba a sus compañeros de ruta un papelito que decía: no puedo dejar de pensar cosas que no logro bajar a tierra, rondan por mi cabeza la magia, duendes, ecos, resonancias. Su nombre explicaba su pasión por las alturas, Isabel: la que ama a Dios.
Había una que se creía graciosa. Decía que el Señor la había tocado.... con el don de la gracia. Al ver que sus compañeros hacían caso omiso a esto, su seño se empezó a fruncir, ni el botox la salvaba. A veces la confundían con una terrorista, a veces la invitaban a pensar, a veces ella decía cosas como ésta: “En esta oportunidad no amenazaré de muerte, sucede que hay posibilidades que no vaya o que llegue tarde... entonces no podré retorcerle el pescuezo a nadie”... y a veces decía otras cosas.
Una noche pintó fogón y un joven desenvainó la guitarra y compuso una canción para el grupo de peregrinos. Todos lo aplaudían extasiados, lo nombraron el encargado de todos los coros, cánticos y villancicos que hubiera. Pero él no quería. Hasta que guardó la guitarra y desde ese día solo saca el instrumento en ocasiones especiales.
Para aprovechar el clima otorgado por el fuego y las estrellas, a Jesús se le ocurrió contar un relato con enseñanza, por aquello de la importancia de ser grupo. Los feligreses comenzaron a bostezar y Jesús comenzó a contar.
Dijo a ellos “si uno de ustedes pierde una oveja de las cien que tiene, ¿no deja las otras noventa y nueve en el campo para ir en busca de la perdida hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, muy feliz, la pone sobre los hombros, y al llegar a su casa, reúne amigos y vecinos y les dice: ‘Alégrense conmigo, porque encontré la oveja que se me había perdido”
E Isaac-que era el único despierto hasta entonces- le contestó: ¿Dónde estaba Ivo querido amigo?
A la mañana siguiente levantaron campamento, caminaron unas pocas millas y comenzaron a divisar el tabernáculo –el lugar que tanto buscaban para poder encontrarse de ahora en mas- todos se sentían contentos porque al fin el sábado había llegado.
La marcha se hacía cada vez mas acelerada, hasta que una voz que se sentía a lo lejos los hizo detenerse. Miraron, y una figura que parecía pequeña se acercaba cada vez más hasta que casi con el corazón en la boca logró el encuentro. Cuando hubo recuperado el aliento pronunció estas palabras: les pido disculpa por no haberme unido antes, pero la gripe que tenía (y tengo), me lo impidió estaba realmente impresentable, espero poder estar, siempre y cuando ustedes me lo permitan claro... Quiero decirles que su propuesta me interesa mucho y la verdad no quisiera perderme la oportunidad de estar.
Por supuesto nadie le creyó ni una sola palabra. Eso hacía creer que no era buen actor, pero ni modo el pobre había corrido tanto... además era Ángel... y dejarlo afuera le podía traer serios problemas institucionales a los profetas.
Entonces le dijeron: la espontaneidad te acompañe al menos pa dar excusas
Al fin llegaron al tabernáculo que sería testigo mudo de lo que allí sucediera.
A la noche... después de beber un largo sorbo de vino reflexionó Isaac: Se presentifican en ese instante, años de vida, muchas búsquedas, escenas, ensayos, escenarios, ropas negras, personajes, alegrías, tristezas, broncas, amores, viajes... gente claro
Jesús le contestó: Gracias por tus palabras, que son muy reconfortantes, resueno profundamente contigo y estoy muy feliz de que estemos emprendiendo esto juntos. Como vos decís, todas nuestras vidas y recorridos se condensaron el Sábado a la mañana, todo eso fue necesario, y sobrevivimos.
Cuando los fieles yacían sobre el pasto exhaustos pero felices por la sensación de haber sido protagonistas de un sueño de otros, pero que ya era propio... los dos profetas se apartaron y se confesaron.
Jesús fue el primero: En un momento estaba mirando al grupo en el trabajo de las manos y por la ventana empañada vi en la planta baja otra gente... que fumaba, conversaba, tomaba café y todo eso… estando allí, en el pequeño salón, con la música, viendo este grupo tan comprometido… tuve esa profunda sensación de estar donde quería estar.
Isaac multiplicó:
No se nace sin morir No se pare sin dolorUn grupo, una troupe, una banda.
Y así con cara lavada y una sonrisa fresca se dejaron vencer por el cansancio y se sumergieron en otros sueños.